Red Dead Redemption II

Título: Red Dead Redemption

Desarrollador: Rockstar Games

Año: 2018

Siguiendo una modalidad de mundo abierto, en la última gran entrega de Rockstar Games nos sumergimos en el lejano oeste a pleno inicio del siglo XX donde las telecomunicaciones, los trenes y las urbes arrastran con la naturaleza, los aborígenes y los forajidos. Es así que se logra plasmar una tensión entre ese mundo obsoleto (con sus caballos, su ley del ojo por ojo y la vida rural) y el moderno (con sus fabricas, constituciones y sus bancos), para introducirnos un personaje que representa perfectamente este contexto: Arthur Morgan, un forjado que se ve obligado a huir con su banda tras el asalto frustrado del banco de Blackwater.

De esta manera se enuncia la naturaleza “criminal” de este personaje quien a lo largo de la historia da a su jugador la posibilidad de “expiarlo” o “sumirlo” y allí radica la verdadera trama de la entrega, en cómo por medio de Arthur resistimos ese mundo moderno o nos dejamos absorber de él. Así la segunda parte de esta franquicia nos permite explotar en miniatura los diferentes climas, paisajes y biodiversidad que ofrece un Estados Unidos que apenas empezaba a industrializarse. Todo esto a través de misiones principales y secundarias, donde podemos desde cazar hasta ir al cine.

Cuando nos deja de sorprender la belleza de los paisajes, las maneras en las que interactuamos con el entorno o las diferentes atracciones que ofrece la vida urbana, la trama siempre esta lista para recordarnos lo dura que es la vida de un forajido, quien siempre se ve perseguido por la muerte, la traición y la inestabilidad. Aquí emergen las tensiones en cuanto a cómo Arthur lidia con el peso de sus acciones ante el fin de las mismas, su individualidad con su responsabilidad colectiva, las cruces que lleva con las que impone.

Como pocos videojuegos, este titulo es capaz de emocionarnos, viciarnos y enamorarnos… y de seguro con su conclusión dejará a mas de uno entusado, porque juegos así solo se hacen cada 10 años –literalmente–.